La neutralidad de carbono, huella de carbono cero o cero neto, se refiere a conseguir emisiones de CO2 netas iguales a cero equilibrando la cantidad de CO2 liberado a la atmósfera con una cantidad equivalente retirada de la atmósfera, o fijada por plantas, o comprando los suficientes créditos de carbono.
La mejor práctica para las organizaciones e individuos que buscan ser neutros en carbono supone, primero, reducir o evitar tantas emisiones de GEI como sea posible, de modo que luego solo necesiten compensar las emisiones inevitables.
La neutralidad generalmente se consigue de 2 maneras:
- Utilizando solamente energías renovables, que no producen dióxido de carbono (esto también se llama economía baja en carbono, economía descarbonizada o economía postcarbono).
- Compensaciones de carbono (carbon offsetting) pagando a terceros para capturar y almacenar el 100% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera –por ejemplo plantando árboles– o financiando proyectos de carbono que deberían llevar a prevenir futuras emisiones, o comprando créditos de carbono, que, en la práctica, son derechos para emitir GEI, y hay un número limitado de ellos en el mercado de emisiones. Si alguien los compra, y no emite esos GEI, la cantidad de GEI emitida se verá reducida en esa cuantía. La práctica de estas compensaciones ha recibido algunas críticas.
En este contexto, las herramientas tecnológicas y la ciencia de datos suponen un apoyo primordial en el soporte a las entidades en su proceso para alcanzar la neutralidad en carbono. El desarrollo y utilización de herramientas de cálculo de huella de carbono, de metodologías intuitivas y cuadros de mando para la toma de decisiones para la implementación de medidas de reducción de emisiones y de plataformas para agilizar la compra-venta de derechos de emisión para la compensación , son aspectos clave para lograr una transfornación sostenible urgente y eficiente.